- jueves 16 mayo 2024
Conforme a lo previsto, el Gobierno cerró ayer de forma prácticamente total un acuerdo con el PNV y con Coalición Canaria para sacar adelante los Presupuestos Generales de 2010. Los ocho escaños de ambas formaciones garantizan que el Parlamento dé luz verde a un proyecto al que se opone el resto de partidos con representación en las Cortes. Éste no es sino el lógico resultado de unas negociaciones en las que no ha primado el deseo por parte de los socialistas de mejorar las cuentas del Estado, sino la pretensión de alcanzar aritméticamente una mayoría parlamentaria que salve la Ley más importante del año. Para llegar a este fin, no le ha importado al Gobierno realizar cesiones, como la de garantizar al PNV el blindaje del concierto económico vasco, que perjudica a otros territorios y lesiona el principio de igualdad entre españoles. A ello, es necesario añadir el hecho de que las cuentas presentadas por la vicepresidenta Salgado no constituyen un instrumento útil para sacar a España de la crisis. Muy al contrario, su falta de austeridad, así como las equivocadas recetas y prioridades que propone, sólo conducirán al país a un escenario de mayor gasto, mayor paro y mayor recesión. Un horizonte gris del que, desde ayer, también son responsables los que por unas monedas se han subido al carro de la irresponsabilidad.