Dos meses y medio después, sigue sin haber noticias del suelo de los 21 trabajadores abandonados por su empresa, Dulcinea Nutrición, que prestan el servicio de catering en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Desde hace poco más de una semana, el Estado se ha hecho cargo del pago a proveedores, pero no de la plantilla. “Si pagan a los proveedores, que paguen también los trabajadores”, reclaman desde la plantilla.